Día 15 de marzo de 2010
- Lo planeadoEsta sesión de trabajo consta de tres actividades y su duración será de una hora.
La primera actividad, “Un fin de semana”, se trata de leer un cómic individualmente, y a continuación, realizar un debate partiendo de algunas preguntas, por ejemplo: ¿Cómo pasa la gente de vuestra edad los fines de semana?, ¿Qué ventajas tiene esta forma de pasar el tiempo?, ¿Y qué inconvenientes?, ¿Qué alternativas hay?... El tiempo que se debe emplear para el desarrollo de esta actividad es de 15 minutos. El objetivo de esta actividad es capacitar a los menores para la toma de decisiones.
Segunda actividad, “La hora de decidir”. En esta actividad se les facilitará a los menores los pasos adecuados para la toma de decisiones. Con ellos deberán pensar y expresar diferentes decisiones que se toman cada día y deberán analizar cómo lo hacen. La temporalización para esta actividad es de 15 minutos. Los objetivos que hemos querido cumplir con esta actividad son: capacitar para la toma de decisiones y estimular una adecuada resolución de conflictos.
Tercera actividad, “Un fin de semana diferente”. En ella se vuelve a trabajar con el cómic de la primera actividad y se plantean una serie de preguntas: ¿Qué decisiones toma el protagonista del cómic?, ¿Toma sus decisiones correctamente?, ¿Qué tipo de presiones recibe el protagonista del cómic para emplear su tiempo de una forma u otra? y ¿Nos influyen los demás en la forma de pasar nuestro tiempo libre? Estas preguntas ayudarán a los menores a analizar la situación, para poder realizar la siguiente parte de la actividad. Posteriormente, los menores se distribuirán en parejas y se repartirá el cómic, el cual, está sin terminar y deberán continuar la historia. Esta actividad tendrá una duración de 30 minutos. Con esta actividad intentaremos reforzar los objetivos de la anterior actividad: capacitar a los menores para la toma de decisiones y estimular una adecuada resolución de conflictos.
- Lo llevado a cabo:
Al llegar, el director nos anuncia que nuestro taller tiene que tener una duración de dos horas, debido a cuestiones de organización. Nos informan el nombre de los participantes del taller y características de su personalidad: “es trabajador”, “debéis explicar despacio porque no comprende muchas cosas”, etc. También nos dicen que los niveles educativos son variados, y que en el grupo existen un par de menores con niveles muy bajos en cuanto a su lectura y escritura.
En la primera toma de contacto con los menores, nos presentamos y presentamos el programa. Posteriormente, explicamos en general la primera sesión.
La primera actividad se realiza con participación y tranquila. Por sus diferentes niveles de lectura, hay menores que terminan antes, pero llevan la espera de manera adecuada. Observamos la carencia de vocabulario y de técnicas de expresión de los menores, y sobre todo, de sus opiniones y de sus sentimientos.
La segunda actividad se realiza de forma descontrolada. Las implementadoras nos ponemos nerviosas porque nos va a sobrar tiempo, y los menores lo captan. Además, ellos también están nerviosos, ya que un grupo (suelen ser dos o tres) siempre terminan antes que los demás (son menores que poseen un nivel educativo superior al del resto. Estos últimos casi no saben escribir) y tienen que esperar demasiado; el resto capta los nervios de los demás, sólo piensan en terminar y no prestan la atención que deberían a la actividad (a todo ello hay que sumarle el déficit de atención que presentan la mayoría debido a sus características) Con un poco de ayuda de los educadores, conseguimos recuperar el control de la sesión y todo transcurre con tranquilidad (dentro de las posibilidades de las circunstancias)
En la tercera, y última actividad de la sesión, los menores aprovechan la oportunidad que le ofrecemos para expresarse, pero nos da la impresión que no es realmente lo que sienten y lo que piensan, sino lo que nosotras queremos escuchar. Todos los menores de nuestro grupo son veteranos en el centro, llevan mucho tiempo ahí dentro y saben lo que “hay que decir en cada momento”, aunque no es con lo que están de acuerdo. Observamos que no tienen muy asumido que hay que guardar un turno de palabra y tenemos que ir marcando nosotras quién habla y quién no. En el segundo paso de la actividad, los menores se muestran participativos, relajados y realizan varias preguntas, ya que les cuesta comprender la actividad. De nuevo en esta actividad se observa la gran diferencia que existe entre el nivel de lectura y escritura dentro del grupo.
- Modificaciones:
La modificación que debemos resaltar en esta sesión es la temporalización, es decir, lo que en principio planeamos llevar a cabo en una sola hora se convirtió en dos, debido a cuestiones de organización: nuestro taller cubría, los lunes y los miércoles, el tiempo del taller de jardinería, que dura dos horas. Si sólo llevábamos a cabo nuestro taller en una hora, la hora siguiente los menores no se podían incorporar a los talleres porque ya estaban empezados y las tareas repartidas. Por lo que esta modificación se ha ampliado a todas las sesiones del taller.
- Coordinación de las pedagogas en formación con el resto del personal implicado:
La coordinación entre nosotras ha sido buena. En todo momento sabíamos quién tenía que seguir con la sesión, aunque con los nervios del primer día, sí que hemos hablado las dos al mismo tiempo varias veces. En cuanto a los educadores que en esta primera sesión nos han acompañado, debemos hacer hincapié en que eran demasiados y eso no nos ha facilitado mucho el trabajo, ya que ha faltado un poco de coordinación entre ellos mismos. Además este hecho, también ha perjudicado la coordinación entre nosotras y ellos.
- Elementos que no funcionan y justificación:
En esta sesión, principalmente debemos señalar que no ha funcionado la coordinación con los educadores, debido a que eran demasiados, tres exactamente, y cuando uno nos decía que debíamos utilizar estas palabras, el otro nos decía que no, etc. y por otro lado, nos dejaron demasiado “solas” para ser la primera sesión.
Otro de los elementos señalar de esta primera sesión es la exposición de las implementadoras ya que, debido a los nervios, explicábamos demasiado algún aspecto que se entendía, y otro que deberíamos reforzar la explicación nos quedábamos “en blanco”. También deberíamos cuidar el turno de palabra nosotras mismas, porque hubo veces que mientras una explicaba la otra quería hacer aclaraciones y no esperaba a que la compañera terminara, lo que transmitía desconcierto a los menores y no sabían a quién de las dos atender. Por último, creo que deberíamos dar menos ejemplos de las actividades, o al menos no dar ejemplos que pudieran copiar, ya que cuando hemos revisado las actividades, varios menores han puesto el mismo ejemplo, “personalizado”, pero muy parecidos entre ellos y al que pusimos nosotras durante la explicación.
- Observaciones:
Contamos con un grupo de cinco menores.
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